lunes, 13 de diciembre de 2010

En otoño, los barcos venían para cortar madera para sus propias reparaciones o para llevarse un cargamento de madera si los infortunios del comercio hubieran dejado sus bodegas vacías o semivacías. La mayoría de estas actividades comerciales se realizaban en un lugar concreto en el que existía un gran puerto natural de aguas profundas, protegido del mar por una estribación de terreno rocoso, un brazo de arrecife costero aislado y una isla rocosa más allá del mismo.

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