Los ciudadanos estuvieron conformes y durante dos siglos Ahghairon reinó en Aguas Profundas junto a los Señores desconocidos. A lo largo de los años, los Señores enmascarados constituían un grupo de cinco, seis o siete miembros que apenas hacían acto de presencia ni declaración alguna. Se murmuraba que eran los sirvientes de Ahghairon o que incluso eran autómatas mágicos bajo las órdenes del Viejo Mago. A pesar de todo, la justicia de Ahghairon era rápida y ecuánime, sus leyes eficientes y su escolta amable e igualmente dispuesta tanto para prestar ayuda como para asegurar el cumplimiento de las leyes. Así pues, todos los ciudadanos estaban satisfechos. Fueron años de paz y prosperidad. El norte se abrió a los humanos. Los caminos construidos bajo el mandato de Ahghairon sirvieron para comunicar toda la región, desde las ruinas del "Reino Caído", que habían sido destruidas por los ataques de diversas razas de trasgos antes de que la presencia de los humanos llegara a ser numerosa en el norte, hasta las ciudades que más tarde se convertirían en Amn. Aguas Profundas se multiplicó por cinco tanto en tamaño como en riqueza. Atraídas por el dinero, las gentes de otros reinos empezaron a venir a la "Corona del Norte" y entre ellos muchos ladrones, estafadores y rufianes. De pequeños hurtos se pasó a grandes estafas realizadas por impostores que se hacían pasar por artesanos. Cuando estas noticias llegaron a oídos de Ahghairon, éste convocó una reunión de todos los mercaderes más antiguos, llamados "los Nobles", y les propuso que formaran gremios tal como se hacía en el lejano sur para vigilar a los posibles impostores de cada
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