Todos hemos soñado alguna vez con tener licencia para abandonar
de siempre, sus finalidades trágicas y su explotación permanente.
Hemos deseado con todas nuestras fuerzas probar que se llevan anhelos
de otras posibilidades existenciales en algún lugar entre los glóbulos
rojos y las neuronas. Hemos soñado con estar en un frente de batalla
en el que sea el corazón el arma principal y la justicia el único fin. En
fin, nuestra hambre de existencia plena parece encontrar un lugar de
sosiego en nuestros sueños heroicos y en la visita imaginada a mundos
que se quisieran reales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario